
La Playa Bejuco es uno de esos lugares que mantienen un encanto especial: arena oscura, palmeras que dan sombra natural y atardeceres de postal. Ubicada entre Esterillos Este y Playa Palma, esta playa forma parte del cantón de Parrita, en la provincia de Puntarenas. Gracias a su carácter aún poco explotado turísticamente, ofrece una experiencia relajada y auténtica, perfecta para quienes buscan desconectar del ajetreo urbano.
A mí me conquistó desde el primer instante: cuando llegué, me recibió la suave brisa marina y el canto de las aves. La sensación de amplitud y serenidad es inmediata, con un amplio trecho de arena que invita a caminar durante horas. Además, su ubicación estratégica permite visitar otros destinos cercanos como Jacó o el Parque Nacional Manuel Antonio sin tener que recorrer grandes distancias.
Algo que hace destacar a Playa Bejuco es la facilidad con la que uno encuentra su espacio propio, sin aglomeraciones. Es un destino ideal para surfistas que buscan olas consistentes o para viajeros que sencillamente desean escuchar el romper de las olas mientras toman el sol. En pocas palabras, es la perfecta combinación entre belleza escénica y ambiente acogedor.
¿Dónde está Playa Bejuco y cómo llegar?
Playa Bejuco se localiza a tan solo 2 horas en coche desde San José, capital de Costa Rica. La ruta más directa es por la Carretera Costanera (Ruta 34), pasando primero por Orotina, luego por Jacó y siguiendo rumbo sur hasta llegar a la zona de Parrita. Su posición estratégica la convierte en una excelente parada para quienes recorren la costa del Pacífico Central, con la ventaja de estar relativamente próxima a Manuel Antonio y a otras playas populares.
El aeropuerto internacional más cercano es el Aeropuerto Juan Santamaría, también ubicado en San José. Desde ahí, conducir hasta la playa es muy sencillo, ya que la carretera se encuentra en buen estado y no se requiere un vehículo 4×4. Eso sí, conviene salir temprano para evitar el tráfico de la capital y aprovechar al máximo el día.
Si prefieres moverte en autobús, existen rutas que conectan San José con Parrita y, desde el centro del cantón, un taxi local te puede llevar hasta la entrada de Playa Bejuco. Es una buena opción para quienes viajan con presupuesto ajustado, aunque la frecuencia de buses puede variar según la temporada.
Un vistazo al pasado y al ambiente local
La zona de Parrita, donde se encuentra Playa Bejuco, ha estado históricamente vinculada a la agricultura y la pesca. Su evolución hacia el turismo ha sido paulatina, sin perder el carácter tradicional que la distingue. En los últimos años, la playa ha obtenido reconocimientos como la Bandera Azul Ecológica, gracias a su limpieza y el compromiso de la comunidad por conservarla.
En mis charlas con los lugareños, descubrí que esta playa era antes casi exclusiva para pescadores y familias de la región. Con el paso del tiempo, viajeros curiosos comenzaron a llegar atraídos por el oleaje y la tranquilidad. Muchos de ellos se enamoraron del lugar, abrieron pequeños negocios de hospedaje y cafeterías, dando así un toque más cosmopolita, pero sin restarle autenticidad.
Hoy en día, la gente local mantiene un espíritu hospitalario, siempre dispuestos a compartir anécdotas o recomendaciones. En mis paseos matutinos conocí a un señor que me contó cómo solía ver lapas rojas cruzando el cielo al amanecer. Ese tipo de detalles hacen que Playa Bejuco sea más que solo una playa bonita: es un pedacito vivo de historia y cultura costarricense.
Características principales de la playa
La Playa Bejuco se distingue por su extensa franja de arena oscura, la cual adopta un efecto espejo increíble durante la marea baja. Este espectáculo natural es perfecto para tomar fotografías o simplemente caminar descalzo y apreciar la suave brisa del Pacífico. A lo largo de la costa, encontrarás algunas zonas con palmeras ideales para obtener sombra y relajarte con un libro o una bebida refrescante.

El oleaje aquí puede ser fuerte, por lo que es un lugar muy cotizado para quienes practican surf. Sin embargo, para los bañistas inexpertos o familias con niños, se recomienda extremar precauciones y no adentrarse demasiado. Muchos visitantes cuentan que, al quedarse en la orilla, disfrutan de un suave vaivén del agua, suficiente para refrescarse sin riesgo.
En cuanto a servicios, se han habilitado pequeños espacios de camping con ranchos y duchas sencillas. Si bien no se trata de una playa masificada con grandes resorts en la misma orilla, eso forma parte de su encanto. Encontrarás lo básico: algunos baños de pago, duchas comunitarias y pequeños quioscos con bebidas, pero no esperes grandes lujos.
Actividades y atracciones cercanas
Para los amantes de la adrenalina, el surf en Playa Bejuco es uno de los grandes atractivos. Las olas constantes brindan un reto divertido tanto a surfistas novatos como a los más experimentados. Además, hay instructores locales que ofrecen clases y alquiler de tablas, por si no llevas tu propio equipo.
Si lo tuyo es la contemplación de la naturaleza, puedes dar largos paseos por la orilla o practicar yoga frente al mar. Varias personas se congregan al amanecer para meditar y estirar el cuerpo, aprovechando la tranquilidad de la playa. También es muy popular realizar paseos a caballo, una forma diferente de recorrer la arena y disfrutar de la brisa marina.
Por otra parte, puedes contratar tours en bote o catamarán para explorar destinos cercanos, como la famosa Playa Fantasía o incluso aventurarte hasta Isla Tortuga. Otra opción interesante es visitar los manglares de la zona o el cercano Rainmaker Park, que ofrece puentes colgantes y cascadas para los amantes del senderismo.
Parajes y maravillas naturales cercanos
Además de la propia Playa Bejuco, el entorno regala escenarios de gran belleza. Al final de la playa, se encuentra un estero rodeado de vegetación, hogar de diversas aves y fauna silvestre. Con unos binoculares y un poco de paciencia, podrás observar lapas, garzas y hasta monos aulladores.
A escasos 30 km hacia el norte se ubica Playa Jacó, un destino mucho más concurrido con numerosos restaurantes y vida nocturna. En cambio, si viajas unos 35 km al sur, encontrarás el Parque Nacional Manuel Antonio, famoso por su biodiversidad y hermosas playas como Playa Espadilla Sur. Esta combinación de destinos hace que la experiencia en Bejuco sea completa: tranquilidad en un lugar y bullicio en otro, todo a un corto trayecto.
Quienes gusten de aventurarse un poco más allá también pueden visitar otras gemas costeras como Playa Esterillos Oeste, Playa Palma o Playa Hermosa. Cada una tiene su propia personalidad, pero todas comparten las cálidas aguas del Pacífico Central costarricense.
Gastronomía local y restaurantes
Aunque Playa Bejuco no es un gran centro turístico, cuenta con algunas propuestas culinarias muy recomendables. Por ejemplo, Sunsets Restaurant es conocido por su ceviche de camarón fresco y vistas inmejorables al mar. También he probado unas pastas con mariscos en El Chiringuito, que combina sabores italianos con ingredientes locales.
En las pulperías y enditas cercanas, hallarás opciones de snacks y refrescos para llevar a la playa. Si quieres algo más auténtico, busca los casados con pescado frito y el típico gallo pinto para el desayuno. Algunas familias locales ofrecen incluso comidas caseras bajo encargo, una experiencia todavía más cercana a la cultura gastronómica costarricense.
No te vayas sin probar la tradicional agua de pipa, especialmente si sientes el calor del mediodía. Y si tienes suerte, encontrarás vendedores de copos —hielo raspado con sirope dulce—, un clásico veraniego tico que te refrescará a la orilla del mar.
Alojamiento y hoteles en Playa Bejuco
En los alrededores de Playa Bejuco, la oferta de alojamiento incluye desde hoteles modestos y asequibles hasta opciones más completas. El Hotel Delfín y el Hotel Playa Bejuco son dos de los más conocidos; suelen tener piscinas, habitaciones con aire acondicionado y fácil acceso a la playa.
Si buscas algo más íntimo o vas en grupo, hay villas y apartamentos tipo Airbnb disponibles. Algunos de estos alojamientos se encuentran prácticamente a pie de arena, dándote la posibilidad de despertar con el sonido del mar como banda sonora.
Para los más aventureros, existen zonas de camping y cabinas frente al mar, donde podrás armar tu tienda o descansar en instalaciones sencillas, pero con un contacto directo con la naturaleza. Es común que en estos lugares se ofrezcan servicios compartidos, como baños y duchas de agua fresca.
Consejos prácticos para una visita perfecta
La mejor época para disfrutar de Playa Bejuco va de diciembre a abril, durante la estación seca. Sin embargo, incluso en la época lluviosa (de mayo a noviembre) puedes toparte con días soleados y atardeceres espectaculares entre las nubes. Solo empaca ropa ligera, pero no olvides un chubasquero o sombrilla por si acaso.
En cuanto a seguridad, es fundamental recordar que las corrientes de esta playa pueden ser traicioneras. Limítate a nadar en la zona de menor profundidad o, si te aventuras más allá, hazlo con precaución y en compañía. Asimismo, procura no dejar objetos de valor a la vista en el vehículo; aunque el lugar es tranquilo, la prevención nunca sobra.
Lleva protector solar de factor alto y, de preferencia, biodegradable para proteger el ecosistema marino. Unas buenas sandalias, repelente de insectos y suficiente agua para hidratarte son otros básicos que no pueden faltar. Y, por supuesto, no olvides tu cámara o tu smartphone con buena memoria, ya que querrás capturar cada rincón.
Mi experiencia personal: vivencias y consejos de viajero
La primera vez que llegué a Playa Bejuco, había escuchado rumores de que era un lugar paradisíaco pero con un oleaje intenso. Aun así, me aventuré a montar mi tienda de campaña bajo unas palmeras y pasé la noche escuchando el romper de las olas. Fue una experiencia casi mágica, sentirme rodeado de tanta naturaleza y tan poca luz artificial.
Al día siguiente, descubrí un lugar perfecto para tomar fotos al amanecer, cuando la arena húmeda reflejaba el cielo como un espejo. En ese momento, me topé con un grupo de surfistas que se acercó a conversar. Me contaron que en la temporada seca las olas son constantes y maravillosas para surfear, pero siempre recordaban a los novatos tener cuidado.
Esa misma tarde, compartí un refresco de sandía con una familia local, quienes me hablaron de la vida sencilla que llevan en la zona. Me invitaron a ver cómo se acercaba la hora dorada y, en efecto, ver el sol ocultándose tras el horizonte fue un espectáculo inolvidable. De esas veces que el cielo se tiñe de rojos y naranjas intensos, como si cada día fuese un regalo único.
Preguntas frecuentes sobre Playa Bejuco
¿Es una playa segura para nadar?
Sí y no. Playa Bejuco es segura si te quedas cerca de la orilla. Sin embargo, tiene corrientes de resaca fuertes, así que nada con precaución y no te adentres demasiado.
¿Hay opciones de camping?
Sí, hay zonas específicas donde se permite acampar. Puedes encontrar ranchos y duchas que se alquilan por una pequeña tarifa, lo cual es perfecto para quienes buscan más cercanía con la naturaleza.
¿Se puede surfear sin experiencia previa?
Es recomendable tener al menos nivel básico o contratar un instructor, dado que el oleaje puede ser fuerte. Hay escuelas de surf en la zona que te ofrecen clases y equipo en alquiler.
¿Por qué Playa Bejuco debería estar en tu lista de próximos destinos?
Porque Playa Bejuco te brinda la oportunidad de desconectarte del ajetreo, sumergirte en una atmósfera de paz y deleitarte con la belleza costera de Costa Rica. No encontrarás multitudes ni grandes desarrollos hoteleros, sino un rincón donde la naturaleza y la simplicidad son las protagonistas.
Además, su localización estratégica en el Pacífico Central te permite combinar tu visita con otras aventuras cercanas: un paseo por Jacó para disfrutar la vida nocturna, una escapada al Parque Nacional Manuel Antonio para ver animales salvajes o una excursión en catamarán hacia Isla Tortuga.
En definitiva, si te apasionan las playas serenas, el surf, los atardeceres inolvidables y la calidez de la gente local, este es tu lugar. Playa Bejuco posee ese toque especial que hace que, una vez la conozcas, quieras volver una y otra vez para recargar energía en su armonioso paisaje.