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Playa Dantita: una joya escondida en Guanacaste

Playa Dantita aerea
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Recuerdo que estacioné el coche cerca de Playa Dantita (en su hermana mayor, la Playa Danta), y pregunté a un par de lugareños por la mejor forma de llegar. Me advirtieron que había dos opciones:

  1. Caminar por un sendero empinado que atraviesa un bosque seco típico de Guanacaste (unos 700 metros, aproximadamente).
  2. Bordear las rocas en marea baja desde Playa Danta, siempre con precaución.

Opté por el sendero, ya que me gusta sentir ese cosquilleo de adentrarme en un entorno más salvaje. Entre subidas y bajadas, el camino se me hizo algo exigente, pero me obsequió un par de miradores espectaculares. Por momentos, la brisa marina y los gritos lejanos de un mono congo me recordaban que estaba en Guanacaste puro, un escenario tan auténtico como hermoso.

De pronto, al final de la bajada, Playa Dantita se abrió ante mis ojos con su inconfundible arena clara y un mar color turquesa. Casi me detuve sin aliento: la vista era sencillamente increíble.

Tabla de Contenidos

Primer chapuzón y sensaciones

La playa en sí no es grande; de hecho, una de sus mayores virtudes es su tamaño reducido y el ambiente íntimo que se respira. Cuando llegué, me sorprendió ver apenas a cinco o seis personas desperdigadas en la orilla. Parecía que todos estábamos de acuerdo en que la calma era lo mejor que podía pasarnos.

Sin perder un segundo, dejé mi mochila bajo un árbol que daba sombra y me metí al agua. ¡Qué delicia! El oleaje era suave, casi como en una piscina natural, y el agua estaba lo suficientemente clara como para que pudiera ver a mi alrededor sin problemas. Fue un momento perfecto para refrescarme tras la caminata y sumergirme en la esencia de la playa.

Una playa virgen sin servicios ni distracciones

Lo primero que noté fue la ausencia de servicios: ni baños, ni duchas, ni sodas cercanas. Reconozco que esto puede no gustarle a todos, pero si buscas desconexión total y cero aglomeraciones, es el escenario ideal. Eso sí, te toca ser previsor:

  • Lleva tu propia agua y snacks.
  • Recuerda guardar la basura y llevarla de regreso contigo.
Playa Dantita rocas

Este es uno de esos lugares donde se agradece la falta de construcciones a pie de playa y la sensación de estar en una cala escondida. Un detalle importante: no hay salvavidas, así que si vienes con niños o no dominas bien la natación, mantén la prudencia en el agua (aunque, normalmente, su oleaje es muy tranquilo).

Caminata y vistas panorámicas: el sendero que enamora

La caminata de ida y vuelta es parte integral de la experiencia en Playa Dantita. Aproximadamente 700 metros de subidas y bajadas entre vegetación de bosque seco. A mitad de camino, me topé con un mirador que me dejó boquiabierto: el golfo se extendía ante mí, con un par de islotes rocosos salpicando la vista y el sol iluminando las aguas turquesa.

  • Recomendación: haz la caminata temprano o a media tarde, cuando el sol no está tan fuerte.
  • Calzado: si bien no es una expedición durísima, te sugiero usar zapatos cerrados o sandalias de senderismo para evitar resbalones en las zonas más empinadas.
  • Hidratación: la humedad y el calor de Guanacaste pueden ser intensos, así que no escatimes en el agua.

Para mí, el sendero no solo es un camino hacia la playa, sino un viaje de desconexión y contacto con la fauna local. Observé varias iguanas tomando el sol y escuché algún que otro mono aullador en la distancia.

Qué hacer en Playa Dantita: snorkel, relax y algo más

  • Snorkel: Por la transparencia del agua y la suave corriente, es ideal para sumergirte con unas gafas y descubrir peces de colores cerca de las rocas a ambos lados de la playa.
  • Kayak o SUP: Si vienes con tu propio equipo, remar en aguas tan mansas es una delicia.
  • Lectura y descanso: Bajo la sombra de algún árbol, sin bullicio, es el lugar perfecto para abrir un libro o quedarte embobado mirando el mar.
  • Fotos de postal: Cada ángulo de Dantita parece sacado de una revista de viajes. Aprovecha el mirador o las rocas laterales para capturar panorámicas que harán suspirar a tus seguidores en redes.

Playas cercanas: un combo perfecto con Danta

Justo al lado tienes Playa Danta, que es algo más grande y cuenta con ciertos servicios en la zona de Las Catalinas (restaurantes, hoteles y viviendas de lujo). Si vas con amigos o familia que no quieran hacer la caminata, Danta es una excelente opción:

  • Oleaje: Igual de calmo, ideal para toda la familia.
  • Ambiente: Un poco más concurrido.
  • Provisiones: Aquí sí podrás encontrar algún lugar para comer o beber algo rápido.

Algunas personas combinan ambas playas en el mismo día: se relajan en Danta y luego, aprovechando la marea baja, bordean las rocas o toman el sendero para llegar a Dantita. Una experiencia doble que resume lo mejor de este rincón de Guanacaste.

Consejos finales para tu visita

  1. Llega temprano: Además de evitar el sol potente del mediodía, podrás disfrutar de la playa más vacía.
  2. En temporada alta (diciembre-abril), puede haber más gente, pero aún así, Dantita suele mantenerse tranquila debido a la caminata.
  3. No dejes rastro: Esta playa se ha mantenido tan limpia y virgen gracias a la responsabilidad de los pocos visitantes. Emprende el regreso con toda tu basura.
  4. Descarga un mapa o pregunta a los lugareños por el sendero. Aunque es sencillo, nunca está de más contar con una guía clara.

No puedo describir la paz que sentí al sentarme sobre la arena, con los pies acariciados por un agua tan clara que hasta me veía las uñas sin necesidad de gafas. Recordé cuántas veces había leído sobre “paraísos ocultos” y, por fin, estaba viviendo uno de verdad. No había música estridente, ni vendedores de sombreros o collares, ni lanchas aparcadas en la orilla. Solo se oía el susurro de la brisa entre los árboles y el suave romper de las olas.

Después del chapuzón, me quedé un buen rato contemplando el atardecer. El cielo se pintó de un tono naranja dorado que se reflejaba en el agua como un espejo. Por un momento, olvidé que debía regresar por el mismo sendero empinado, y me abandoné a la sensación de estar en un lugar tan puro y poco explorado.

¿Por qué Playa Dantita merece un lugar en tu itinerario?

Si buscas un remanso de paz, rodeado de naturaleza y con la sensación de haber descubierto algo “secreto”, Playa Dantita es la respuesta. No es la típica playa con chiringuitos y tumbonas; es un rincón para conectar con el entorno y contigo mismo. La caminata, lejos de ser un obstáculo, forma parte de su encanto: es esa delgada línea que filtra el turismo masivo y te regala una experiencia más íntima.

Quienes han estado en Guanacaste saben que la provincia alberga sitios increíbles, pero Dantita tiene esa mezcla de exclusividad natural, accesibilidad moderada y belleza indiscutible que la convierten en una de mis favoritas. Si un día planeas viajar por la costa del Pacífico norte de Costa Rica, no dejes de vivir la aventura de llegar hasta sus arenas. Te aseguro que el esfuerzo es mínimo en comparación con la recompensa de sumergirte en sus aguas turquesas y sentirte —aunque sea por unas horas— en un paraíso escondido. ¡Pura vida!


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